UN CAMINO PARA RECUPERARSE

Soy Merce Sala, experta en trauma, vínculo y acompañamiento emocional. Actualmente me dedico a acompañar procesos personales.
Mi vocación nació a partir de mi propia experiencia: en un momento de mi vida me sentí inmersa en situaciones complicadas que no sabía gestionar y tuve la suerte de ser acompañada por alguien que me ayudó a mirar hacia dentro y a transformar mi manera de vivir.

Qué es el trauma

El trauma no es solo el evento doloroso que ocurrió, sino cómo fue vivirlo en soledad y lo que quedó sin acompañar después.
Es el impacto emocional y corporal que deja una experiencia que sobrepasa nuestra capacidad de procesarla o sentirnos seguros.
Puede originarse por situaciones evidentes —pérdidas, abusos, accidentes—, pero también por vivencias más sutiles: falta de afecto, soledad emocional o la ausencia de un adulto disponible cuando más lo necesitábamos.

Cómo se manifiesta

El trauma se manifiesta de muchas formas:

• Ansiedad, tristeza o sensación de vacío.

• Dificultad para confiar o vincularse con los demás.

• Dolencias físicas recurrentes o fatiga emocional.

• Necesidad de control o, por el contrario, desconexión y apatía.

Estas son respuestas del cuerpo y la mente que buscan protegerte. En terapia, aprendemos a escucharlas con respeto y a transformarlas en nuevas formas de bienestar, presencia y calma interior.

Sobre el trauma

Formato de las Terapias

Encuentra la forma de terapia que más se ajuste a tus necesidades.

Terapia en grupo

Recuperar el bienestar a través del vínculo y el acompañamiento.

Terapia individual

Un espacio seguro para escucharte y recuperarte a tu propio ritmo.

Algunas de las consecuencias del trauma

Mala relación con los padres

Donde todavía duele lo que pasó y te cuesta encontrar paz con ellos o contigo mismo.

Sentimientos de vacío

Esa sensación de que nada es suficiente o que tu vida ha perdido el sentido.

Dificultad para encontrar pareja

Porque una parte de ti quiere amar, pero otra teme repetir viejas heridas.

Beneficios

Lo que conseguirás al acompañarte en tu proceso de recuperación.

Comprender el origen del malestar

El malestar, dolor o enfermedades que sientes ahora tienen un origen: un lugar en tu historia donde algo quedó congelado.
A veces, hechos del día a día despiertan memorias del pasado y tu cuerpo reacciona como si todo ocurriera por primera vez.
Comprenderlo te permitirá reconocer lo que tu cuerpo expresa y darle un nuevo sentido.

Empezar a sanar en compañía

Decidir buscar ayuda para ser acompañad@ ya es empezar a sanar.
Como mamíferos que somos, necesitamos del vínculo y de la presencia de otros; no se sana en soledad.
Al sentirte acompañado, comienzas a reconstruir la confianza y la seguridad en la relación.

Mirar y ayudar a sanar ese dolor pasado te permitirá liberar las tensiones que hoy se manifiestan en tu cuerpo y en tus emociones.
Acompañarte en este proceso facilitará que recobres la confianza en los demás y en ti mism@.
Podrás sentirte más livian@, presente y en calma.

Liberar tensiones del presente

Recuperar tu valía interna

Validar la soledad y el dolor profundo que viviste te permitirá recobrar tu valía interna, esa que tuviste que dejar de creer para cuidar el vínculo con tus cuidadores.
Ahora puedes mirarte con amor y reconocer tu valor sin perder el sentido de pertenencia.

Validar tus recursos y tu historia

Validar el recurso inconsciente que utilizaste para tapar el dolor te permitirá recobrar la confianza en ti y la certeza de que, en aquel momento, hiciste lo mejor que pudiste.
Honrar esa sabiduría interna abre el camino a una mirada más compasiva hacia ti mism@.

Escuchar tu cuerpo y tus emociones

Atender las emociones del cuerpo en compañía, ordenarlas y separarlas, te permitirá verlas como partes diferenciadas de ti.
Así te conviertes en el director de tu propia orquesta interna, afinando cada parte para que suene en armonía y aprendas a equilibrarte sin luchar contra ti mism@.

Estoy aquí para escucharte